viernes, 2 de abril de 2010

Novela: Despertar en el Infierno. Capitulo 9: El infierno está encantador esta noche (flashback)




Titulo y prefacio del noveno capitulo pertenencia de los Redonditos de Ricota.

¿Puede alguien decirme: “Me voy a comer tu dolor”, y repetirme, “te voy a salvar esta noche”?
¿Por qué no te dejas de pensar en labios que besan frío, para cerrar un ojo y ver cuántos cuernos tiene el Diablo? El Infierno está embriagador esta noche.

*

Estaba recostada en un diván que valía más que mil casas juntas. Alargado y con ondulaciones en sus puntas, talladas sobre la madera. Mi cuerpo reposaba sobre un suave colchón que se amoldaba a su tamaño y forma, en color rojo sangre. Todo estaba oscuro y se escuchaba música instrumental con pianos y violines, como en una noche romántica. Las luces estaban bajas, esto parecía un hotel cinco estrellas más que el Infierno, y volví a suponer que eran las consecuencias de vivir acá: hacerte creer que todo estaba genial hasta que en hechos, pasaba todo lo contrario.
Sin embargo y pesé a la comodidad impartida solamente para mí en ese momento, me sentía mareada, demasiado confundida como para discernir cualquier tipo de jugada proveniente de cualquiera de las dos personas que me rodeaban, no obstante, al repetir en mi cabeza “dos personas” me di cuenta que a mi lado, se encontraba Benicio, mi vampiro protector, tomándome de la mano, y en su cara toda expresión desapareció al encontrar su mirada con la mía. ¿Qué era lo que estaba pasando? ¿Porqué él quería salvarme, y sin embargo su actitud mostraba lo contrario?
Sus manos estaban congelándome de pies a cabeza, y no estaba exagerando, tocar su piel era estremecedor, era tocar a… sí, a un muerto. Pero yo también lo estaba, y rezongué por mis adentros al admitirme de manera tal. Benicio, al sentir el temblor en mi cuerpo, me soltó de manera brusca y se acerco a mi oído, lentamente, y su cara, por primera vez se mostró angelical. ¿Cómo era posible que un vampiro sin alma me mostrara su lado sensible, después de mostrarse agresivo y distante? Estas cosas pasan cuando hay mucho amor de por medio, y a pesar de tener muy en claro que jamás en la vida lo había visto, sentía que lo conocía desde siempre. Su sola presencia me hacía sentir protegida, por momentos creía estar como en casa.
Confiaba rápidamente en las personas que me rodeaban, y ese era mi gran defecto, pero esta vez era distinto. Esta vez sabía que estaba del lado de los buenos, aunque ese razonamiento contiene algo de ironía estando dentro de las tinieblas. Y después de tanto contemplar sus ojos tan cerca de los míos, se alejó, mostrando la frialdad que brotaba de repente, a cada momento.

-Prometo… prometo hacerlo fácil. –Sus palabras fuero dulces, a mi no me engañaba, su cara, sus facciones, sólo lo hacían verse temerario, pero su voz, su voz era mi magnifica canción de cuna, dentro de este espantoso lugar.

-¿Qué va a pasarme después? –Pregunté atemorizada.

-No vas a recordar nada de esto. –Y una mueca cubrió sus labios. Una mueca de dolor.

-Voy a estar… ¿Sola? –Temblé, como solía hacerlo desde que llegué.

-No, no, me refiero, tus recuerdos de la estadía acá van a ser muy borrosos… lo vas a recordar, ojala alguna vez olvidemos esto, pero será confuso por un tiempo, al pasar los días todos tus recuerdos van a volver, al principio no vas a reconocerme, pero ahí voy a estar, prometo… -Calló bruscamente.

-¿Prometes? –Y alcé mis cejas

-No me hagas caso, simplemente en cuanto despiertes en una casa que voy a elegir para que estés a salvo, yo… yo voy a aparecer, para guiarte, para que tengas tu testeo de sangre, para ir hacia el cementerio en cuanto estés preparada, profanar tu tumba y dejar tu alma dentro del ataúd. Entonces sólo así vas a seguir con vida, si preferís llamarlo de esa manera.

-¿Y sino qué? –La curiosidad eran puntos débiles en mi persona. Aunque no gozara de ningún plan “B” me gustaba oír posibilidades… porque como bien dije, en este lugar, éstas son infinitas.

-Vas a desintegrarte al primer rayo solar que entre por tu ventana, sólo te vas a convertir en cenizas que quedaran con vida pegadas a las paredes del vestíbulo en el que escuchaste todo el tiempo risas, llantos, y gritos despiadados de dolor, toda una eternidad sintiendo las llamas quemar constantemente…No me digas que no escuchaste nada de ésas cosas, ¿O si?

-Por supuesto que las escuché, son… macabras, dolorosas, no quiero ni recordarlo. –Sugerí clemencia. Sin embargo tenía varias preguntas y continué con una de ellas: -¿El Sol va a hacerme daño? –Mi cara parecía la de una niña, me di ternura, verdaderamente ternura.

-No, por supuesto que no, a menos que no completes tu transformación, como bien te dije anteriormente. –Mi pregunta lo sorprendió, y su rostro esbozó una sonrisa a medias, que logre notar. ¡Este hombre iba a volverme totalmente loca, sus cambios de ánimo estaban crispando mis nervios! –No obstante…-Prosiguió. –Tu cuerpo… como decirlo, tendrá algunas modificaciones, ya veras, es algo confuso de explicar, y no quiero ofenderte, pero tu cuerpo básicamente se estilizará, tu cara se reafinara dándote una belleza exuberante, el color de tus ojos quizá cambie y se torne un poco más dorado, aunque… tus ojos son… verdes amorronados… así que no se notará mucho el cambio, sólo brillaran más. Y tu piel, es el punto fundamental… ¿Alguna vez viste a un muerto? Bueno, tu piel, de pies a cabeza se volverá blanca como la nieve, es decir, estas muerta, al convertirte en vampiro entregas tu alma al Infierno, tu corazón no late, tu órgano reproductor no procrea, y tu sangre se reemplaza por ponzoña, aunque eso creí escucharlo decir a… ya sabes quien.

-¿Voy a volar… digo, como cuando lo haces vos cada vez que queres escaparte de algun lugar con una chica en brazos? –Pese a mi atrevimiento inoportuno, quería romper el “hielo” y otra vez vuelve a aflorar algo de ironía en la frase, sólo que esta vez yo me tomé el atrevimiento de reproducirla.

-¡Que cosas decís! –Se rió. ¡Al fin se rió! Y siguió con las explicaciones post-conversión. –A lo que debes referirte con “volar” y vaya que me sigo riendo de eso, será la rapidez. Respondiendo a tu pregunta: No, no podes volar, pero si correr con total rapidez que te puede hacer llegar hasta la copa del árbol más alto del planeta. Nuestra velocidad como especie es única, nada es más rápido que un vampiro. Ni siquiera un avión puede igualarnos. Pero obviamente eso es algo que sólo nosotros sabemos, creo que entendes el concepto de “sólo nosotros”, ¿No es cierto, Amanda?

-Sssí –Dije arrastrando letras. –No va a doler, ¿O sí?

-Prometo aliviar este dolor.

Creyendo me voy. Creyéndole. Fijando mi mirada en sus ojos color miel brillante, me filtré en lo más profundo, y me pude ver reflejada en ellos. Ansiosos de probar mi sangre y ser mi creador, su cara me contemplaba como quien contempla a la más bella de las creaciones. La yema de sus dedos recorrieron todo mi rostro, hasta llegar a mis hombros, ruta directa hacia mi cuello, que estaba al descubierto. Acercándome hacia él muy lentamente, sus manos frías hicieron que mi cuerpo se estremeciera nuevamente, mi corazón latía a pasos agigantados, y por algún motivo, pude observar como él notaba ese detalle, sin dudarlo se recostó sobre mí, apoyando todo su cuerpo. Él estaba oliendo mi aroma, pero yo estaba como poseída, podía sentir una gran influencia sobre mí. Era como si algo me atara a él, no podía rehusarme a nada de lo que me pidiera. Sin esperar más, sentí unos filosos colmillos penetrar en mi garganta, y el flujo de sangre empezó a correr.
Mi cuerpo sintió como la ponzoña se infiltraba paso a paso, estaba en un nivel casi de excitación plena, mi cuerpo de punta a punta estaba disfrutando ese momento, inigualable a otro, mi mente cedió a un tercer plano que jamás había visto en mi vida. Ya no escuchaba las risas, sólo pude sentir mi sangre drenándose. Pero algo detuvo a mi creador, a mi protector, algo detuvo a Benicio, porque habiendo acabado con el preámbulo, se separó de mi tan rápidamente que me sentí ofendida. Yo seguía extasiada, pero un dictamen propio del Diablo, ya que escucharlo hablar me era totalmente familiar, hizo que Benicio levantara la voz, suplicando compasión.

-¡Ese no fue el trato! ¡No hay derecho de que me la arrebates de esta forma! –Grito él.

-Querido amigo… yo cumplí con mi parte, bueno, al decir verdad, fue más una jugada del destino o de mi amigo la Parca el habértela traído tan tempranamente. Pero no estaba en mis planes ese pequeño estimulo de traición nefasta de fuga por tu parte que quisiste experimentar, sabiendo que no podrían escaparse hacia ningún lado… -Dijo el diablo.

 Algo estaba saliendo mal, y yo no tenía las fuerzas suficientes para reponerme, mi sangre había sido prácticamente bebida por completo en grandes sorbos.

-¡Diez años es demasiado! Llevo veinte esperando, ¡No es justo!

-No es justo que engañes a quien te otorgó tanta confianza. –Recriminó el Rey del lugar.

-¡Por favor, sólo… por favor! –Y su voz se perdió entre las sombras.

-Hemos cerrado pacto, nada tengo que hablar con vos en estos momentos, despedirte de tu doncella sería una buena idea, ¿No lo crees conveniente querido amigo? –El diablo dio su veredicto final. Y la sombra de Benicio se perdió a lo lejos.

¿Qué estaba pasando? Mi cuerpo comenzó a contorsionarse con frenesí, el placer se había convertido en veneno. Yo no iba a recordar esto cuando despertara y lo verdaderamente malo en el asunto, al Infierno y al Diablo, lo recordaría con el paso de los días, eso era algo que hubiese preferido olvidar, pero… ¿En diez años? ¿Qué hay detrás de todo esto?
Siempre pensé que la muerte sería fácil, me imaginé desde que tengo memoria sólo suspendida en la nada, la gente muere a diario. ¿Todos pasan por esto?
Esta pesadilla eterna recién comenzaba, y no hay signos en mí de acostumbramiento. Al parecer lo que comenzaba a ser normal se tornó perverso. ¿Es acaso este el castigo de los pecadores? 

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