sábado, 16 de abril de 2011

Despertar II Ángel Sangriento. Prefacio.

Como si todo fuese a sumergirse y desaparecer, Amanda tenía que elegir, parecía que nunca iba a terminar, la historia de su vida se basó en elecciones, en tomar una decisión, en pertenecer a un lado u otro. No se podía ser amiga de Dios y del Diablo al mismo tiempo, y esta connotación al menos para ella, era tan real como el aire que respiraba. Alguna vez pensó en la loca idea de poder ser neutral frente a diversos aspectos que la vida le otorgara más adelante, este era uno de ellos y no la dejarían actuar con objetividad, era el bien o el mal, los chicos buenos o los chicos malos. Ser feliz o morir en el intento. Y Parecía que esta última iba a ser la opción más acertada para su destino.
No iba a permitirse elegir, tendría que buscar una manera de hacer que todos salgan al fin victoriosos, pero las fuerzas demoníacas no cederían para que lograra su cometido, no al menos en esta vida. Ahora no sabía quien era, estaba buscando en algún rincón de su cuerpo, o de su alma si es que todavía conservaba una, un rastro de aquella Amanda que salía de problemas con tan solo una sonrisa. Esto no era un juego, las personas que más amaba en el mundo corrían riesgo, y no iba a permitir que la sangre de aquel ángel derrame ni una sola gota. Tenía que salvarlo; es reprocharle a ese rostro tis por empezar era tersa como una pluma, pgo de lo cual se o -esa  poseída por un heroísmo que hasta entonces desconocía, corrió a su lado, interponiéndose entre los cuerpos. 

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